miércoles, 6 de febrero de 2008

"Nosotros somos esos a los que estamos esperando"

Barack Obama, después de una pequeña derrota en el supermartes del 5 de febrero de 2008, pronuncia estas palabras ante sus seguidores para mantener alto su ánimo.

Pocas veces se ha estado tan atento a las primarias de EE.UU. y sobre todo, a la pugna entre los demócratas para decidir su candidato a la presidencia.

La larga noche vivida en el mandato de esta especie de bobo e innoble que hoy preside EE.UU., que ha roto todas las barreras que cualquier ser humano entiende que una democracia debe mantener, que ha institucionalizado la tortura, que olvida la convención de Ginebra sobre el respeto a los contendientes bélicos, que ha mentido a su país y al mundo reiteradamente, que ha creado una guerra en una zona ya de por sí muy inestable, que engaña a quienes creen que van a luchar por la democracia, que ha encarcelado, torturado y sometido al olvido a presos durante varios años sin juicio ni cargos, y que ha evitado cualquier compromiso y avance de su país en el control del cambio climático, nos hace prestar atención a cualquier movimiento que implique el cambio presidencial, ya que ahora no habrá ni tribunal favorable ni un recuento de votos que lo mantengan en el poder.

Seguro que entre los detenidos en Guantánamo hay algún seguidor de Bin Laden, pero también ellos tiene derecho a un juicio ante un tribunal que le ofrezca garantías de ecuanimidad y, que si demuestra su participación o implicación en atentados, se les condene. Pero al lado de ellos hay muchos que solo cometieron el error de estar allí, por motivos diversos, y que fueron detenidos por grupos armados para luego venderlos a los soldados de EE.UU., que los compraba como cabezas de ganado. Estas personas están y han estado detenidas durante años, sin cargos, sin futuro, olvidados del mundo y de sus dirigentes. Espero que un día se pueda juzgar a quien es el responsable de toda esta barbarie.

Esta coyuntura ha originado una pérdida de influencia de EE.UU. en el mundo, ya que su posición como impulsor de políticas y mediador en conflictos, ha desaparecido. Además su actuación interna ha estado completamente condicionada por los recortes presupuestarios, derivados de la necesidad de sostener los enormes costes de la guerra, lo que ha originado una pérdida de calidad de vida y de potencial económico en sus ciudadanos, sin hablar del futuro económico, que se vislumbra lleno de las peores incertidumbres.

Es evidente que no solo los sufridos estadounidenses desean un cambio que reconduzca la política de su país, sino que en el mundo occidental miramos con interés su decisión, ya que nosotros somos parte de los países que están bajo la influencia de esa política. Ese cambio está en las propuestas de los candidatos republicanos y demócratas, aunque con diversos matices.

En esa situación de espectativa en una renovación de ideas y de acciones, las candidaturas que quedan con posibilidades apuran sus mensajes para insuflar ánimos y despertar ilusiones. Es precisamente el factor de la ilusión que se despierta en los electores, lo que hace de una persona un líder y de un líder un presidente. No creo que los asesores de Zapatero lean esto, pero les convendría recapacitar en ello. Pero Obama sí sabe perfectamente de lo que hablamos y en un momento muy delicado, cuando los resultados del supermartes han dado una pequeña ventaja a su opositora, ha sabido enviar un mensaje de integridad, ilusión y energía a sus seguidores, con una frase que podría ser histórica. Hablando de la necesidad del cambio y de quién puede estar capacitado para realizarlo, se autoseñala con una frase llena de esperanza: "Nosotros somos esos a los que estamos esperando".

Si alguien puede pensar que hoy Obama perdió una batalla, debería de reconsiderarlo ante la capacidad de comunicación y de reacción de quien salda esa pequeña derrota con una frase como esta, cargada de sugerencias y de fortaleza.

Suerte Obama, suerte. Espero que la lucha fraticida de los demócratas no deje las fuerzas demasiado divididas y que sean capaces de lograr la presidencia, aunque sea mediante la unión de Hillary y Barack, para dejar atrás un periodo verdaderamente oscuro de la historia moderna. Ojalá podamos verlo y que sea Obama quien lidere ese cambio.

Barack Obama
Hillary Clinton
John McCain

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